Cómo Logra Dios Atraer Nuestra Atención
La gente recuerda la Segunda Guerra Mundial por muchas razones. Lo que recuerdo en particular es que en Virginia, Estados Unidos, donde vivía cuando niño, las agudas sirenas de la defensa civil desgarraban el aire en cualquier momento del día. No importaba la actividad a que estuviera dedicado, el toque de la sirena atraía invariablemente mi atención.
De forma semejante, cuando Dios nos habla, es preciso reconocer que su mensaje tiene vital importancia y que, por consiguiente, exige nuestra atención plena y completa. Para que no nos volvamos torpes e insensibles a su voz, Dios tiene maneras de lograr nuestra exclusiva atención.
Cuando andamos en el Espíritu nuestras antenas espirituales están alerta a Dios y podemos oír lo que nos está diciendo. Esta es la vida cristiana normal que se vive en forma agudamente sensible a la voz de Dios, cualquiera sea la forma en que elija hablarnos.
Podemos estar ocupados con nuestros negocios o con nuestra familia cuando oímos que Dios nos está diciendo algo y sabemos inmediatamente lo que tenemos que hacer.
El problema está en que no siempre andamos en el Espíritu. Algunas veces decidimos hacer las cosas a nuestro modo. Estamos tan empeñados en una determinada dirección que, aunque Dios hablara, no podríamos oírle, simplemente porque no estamos sintonizados con el.
Dios conoce esta situación. Para rectificarla se vale de muchos medios, logrando que nuestra atención total y absoluta esté dirigida hacia lo que nos quiere comunicar.
Es muy probable que el lector descubra que Dios ya ha empleado uno o más de estos principios en su vida para lograr su atención. A lo mejor descubra la solución a algún problema que ha venido estorbando su efectividad espiritual durante bastante tiempo.
Es posible que encuentre que el problema que pensaba que tenía era simplemente la forma en que Dios estaba tratando de lograr que usted concentrara su atención en Él.