1 Corintios 9.15-27
Necesidad de anunciar el Evangelio (15-18). El apóstol no está dispuesto a recibir dinero por predicar el Evangelio.
Esto no significa que el hombre deba trabajar gratuitamente; pero sí quiere decir que no debe trabajar simplemente por dinero. El anuncio del Evangelio es un privilegio (15) y al mismo tiempo un deber (16).
El llevar una palabra de aliento o el conducir una vida a Jesucristo, no se mide en términos económicos. El gozo que se recibe por esto ya es suficiente.
Necesidad de adaptación por causa del evangelio (19-23). El principio que aquí surge es que el Evangelio ha de presentarse tomando en cuenta la particularidad del público a quien va dirigido.
No por eso debe adulterarse su esencia, ni creer que “mi habilidad, mi empuje, mis resortes van a ayudar al Espíritu Santo a realizar su obra”.
Como la criada que, habiendo comprado un papel cazamoscas que no atraían a las moscas, ella misma las cazaba al vuelo y las pegaba al papel.
Necesidad de disciplinarse por causa del Evangelio (24-27). Todos lo sabemos: triunfar en una lucha demanda disciplina.
La vida cristiana es una batalla que libramos a diario. Vivir la vida a plenitud impone una meta que hay que conquistar.
Para pensar. ¿Cómo sería posible volverse como borracho, estudioso, empresario o deportista para ganarlos para Cristo?
Oración. Que nos volvamos como el Señor para ganar a los demás para el Señor.
Publicado: Editado: 1847