Hechos 15.1-11
El Evangelio había surgido entre judíos y ahora la pregunta es: ¿tendría un gentil que hacerse judío antes de ser cristiano? Un grupo de creyentes judíos lo afirmaba así y parecía estar dispuesto a luchar en ese sentido (1-5).
La primera iglesia donde se levanta el problema es Antioquia, la iglesia misionera. Un problema tan importante había que resolverlo en consulta y comunión con la iglesia hermana mayor de Jerusalén. Notemos este sentido de cuerpo. No es una cosa que los líderes resuelven, todo el cuerpo participa. (3-4).
¿Cómo argumenta Pedro para aclarar la situación? Observa los versículos 7 y 11. Dios está en acción: se ha predicado su evangelio (7), algunos han respondido y Dios lo comprueba dándoles el Espíritu Santo (8), y purificando sus corazones (9), ya que su gracia es abundante y eficaz (11). Al reconocer esto había que dejar de levantar barreras.
¿Tenemos este sentido de cuerpo como miembros de nuestras iglesias? ¿Qué estamos haciendo para que la iglesia alcance esa dimensión fraternal en la resolución de sus problemas? ¿Estamos viendo a Dios en acción en nuestra vida y en el ambiente en que vivimos? ¿No estaremos quizás intentando levantar barreras inútiles?
Oración. “En Cristo no hay judío ni griego, ni blanco ni negro, “europeo”, ni indio, pobre ni rico, sabio ni ignorante. Los que han creído en él son uno”.