Al otro día Jessica le iba a dar de comer al perro y se dio cuenta de que no estaba, lo busco y lo busco hasta que lo encontró abajo del sillón porque tenía miedo.
Jessica se dio cuenta de por qué nadie la quería, ni su perro, ni sus amigos y amigas, entonces ella se propuso a cambiar de forma de ser, de egoísta y amargada a alegre y buena.
Ahora ya no le pegaba al perro ni les gritaba a las personas y al otro día el perro amaneció esperando a que se levantara Jessica pues ahora si la quería. Jessica se dio cuenta de que si es buena la vida se le hace mejor.
El perrito la hizo reflexionar. Desde ese día todos quisieron a Jessica.