La Única Manera de Conocer la Verdad
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. Juan 14.26
Nunca podremos saber las verdades profundas, salvadoras, espirituales, de Dios a menos que alguien nos las revele. Como 1 Corintios 2.11 dice, «nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios».
Pablo añadió en el versículo 12: «No hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido». Esas cosas son el perdón del pecado, la salvación y la esperanza de la vida eterna, así como las bendiciones de la justificación, santificación y glorificación.
No podemos conocer esto mediante la razón humana. No podemos hallarlas en un experimento en un tubo de ensayo. No podemos figurárnoslas por racionalización. Podemos conocerlas solo por la revelación del Espíritu Santo.
Usted no puede ir al cielo a menos que sepa cómo, y no puede saber cómo excepto al leer la Biblia. Es el único lugar en donde el hombre escribió las palabras que el Espíritu Santo inspiró. Toda la Escritura es dada por inspiración de Dios. Pedro describió el proceso: «los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo» (2 Pedro 1.21).
Uno no puede entender por sí mismo las cosas de Dios más de lo que pudieron Adán y Eva, porque solo por el poder y revelación del Espíritu Santo se puede evaluar la esencia del Señor y Creador del universo. Sin el Espíritu no hay conocimiento. Pero para los que hemos recibido la enseñanza del Espíritu Santo por las Escrituras, tenemos lo que 1 Corintios llama la mente de Cristo