1 Reyes 22.24-40
Eso no es lo que dice la Biblia. Dios dirige aun los incidentes triviales, como lo muestra claramente la lectura de hoy.
Después que el pobre Micaías fuera enviado a la cárcel, hambriento pero desafiante (24-28), los dos reyes pusieron en marcha su plan (29).
Acab, que al parecer era el aliado de más edad, ideó un brillante plan para conservar su seguridad a expensas de Josafat (30).
Los sirios atacaron al rey de Judá hasta que descubrieron su error (31-33).
Luego sucedió algo ridículo.
Un soldado desconocido… una flecha disparada a la aventura… la muerte de un rey… ¡una batalla perdida! (34-35).
¿Un accidente? No. ¿El plan de Dios? ¡Desde luego! Nota cómo se cumplió la profecía de Elías en una forma que nadie hubiera soñado que fuera posible (consulta el capítulo 21.19, y 2 Reyes 9.25-26).
Puede parecer que el Dios creador es demasiado grande para ocuparse de los pequeños detalles.
Pero la verdad es que solamente un Dios infinitamente grande puede estar aún en los más ínfimos detalles.
Podemos confiar en él para todo lo que nos sucede.
Para pensar. ¿Qué quiso decir el Señor Jesús cuando dijo que cada cabello de nuestra cabeza está contado?
Oración. Dios del universo y las partículas más ínfimas, Señor de los gigantescos acontecimientos y de las minuciosidades de la vida,
gracias por el vecino, por los libros, por el pan, la ropa y el trabajo, el sueño y la mirada. Gracias, en fin, por la vida.