Llamado por lo general el Consolador o Parakletos en griego, Él es quien viene a estar a nuestro lado para ayudarnos en todo lo que Dios nos llame a hacer.
Una de las responsabilidades del Espíritu Santo es ser nuestro Ayudador en la oración. La necesidad de orar que sentimos viene de Él.
El Espíritu sabe de las tentaciones que nos acechan más adelante, o de las duras experiencias que pueden sucedernos; por tanto, Él nos impulsa a hablar con nuestro Padre celestial.
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