“Mas tu, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fè, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fè, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”. I Timoteo 6:11-12
Pero tu, Timoteo perteneces a Dios, asì que huye de todas estas cosas y sigue lo que es correcto y bueno, busca la vida en Dios. Pablo usa la expresión, verlos fuertes y poderosos, para describir la vida cristiana. Huye, corre, busca, pelea, agarrate (echa mano). Algunos cristianos piensan pasivamente de la vida cristiana, y siempre estàn esperando que el que actùe sea Dios.
Por el contrario nosotros somos los que debemos tener una fè activa, obedeciendo a Dios con coraje, para hacer lo que sabemos que es correcto. Es tiempo de la acciòn y el Señor dice: ¡Adelante!.
Por supuesto que debemos obediencia a Dios. Muchas veces la obediencia es huir. Huir del enemigo que està enojado, huye hermano de la tentación, pero sigue, no te quedes, aunque Satanás estè enojado. Si Cristo no hubiese seguido en su camino al Calvario, otra sería la Historia.
Si Cristo hubiese escuchado al engañador: “si eres hijo de Dios desciende de la cruz”, nosotros hoy, estarìamos perdidos y serìamos los mas desdichados de los seres de la creación, no tendríamos ninguna esperanza.
Pero El siguió y por eso tenemos hoy la Salvación de nuestras almas y la vida eterna. Sigue la justicia, porque si la sigues, vas a apreciar mucho mas el perdón de tus pecados, porque Dios hizo justicia en Jesucristo, el pagò por mì.
Sigue la piedad, sigue la virtud que te inspira por el amor a Dios, la devoción por las cosas santas y por el amor al prójimo en actos de abnegación y compasión. Sigue la fè, sigue confiando en Dios. Sigue el amor que tiene misericordia, la paciencia, la mansedumbre. Esto es difícil, el que diga que es fácil, es porque nunca lo intentò. Por eso dice: “pelea”, es una lucha de fè.
Tòmate de las promesas eternas por las cuales fuiste llamado/a, porque ésa, es la manera de vencer. Timoteo tenìa muchos testigos de lo que èl era. Sin duda tu y yo tambièn los tenemos, gente que nos conoce como cristianos. Debemos pelear la buena batalla de la fè y veremos como Dios nos entrega la victoria.
¡Señor ayúdame para pelear esta buena batalla confiando en tì!