"...yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas"
(1ra. Samuel 17:39) Los filisteos habían juntado sus ejércitos para la guerra. Goliat, un gigante de 2,70 mts de altura, desafiaba al campamento de Israel y ningún hombre se animaba a enfrentarlo.
Un jovencito en ese entonces, llamado David se animo a enfrentarlo. Fue a ver al rey Saúl para comunicarle esta decisión y se encontró con unas palabras de desaliento tremendas: "No podrás..." (vs.33). Cuantas veces muchas personas no han dicho que no vamos a lograr nada en la vida, que es imposible lo que queremos alcanzar.
La Biblia, nuestra única fuente de autoridad, nunca dice eso, al contrario nos anima diciendo que "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Ante la insistencia de David, el rey Saúl trató de ayudar de alguna manera y le prestó sus ropas, le puso sobre su cabeza un casco de bronce, le armó una coraza y le dio su espada. Pero todo eso no le servía a David. Eran las ropas de Saúl, estaban hechas a su medida, le servían a él. El casco era para su cabeza, la espada para su estilo de guerrear.
Pero David no usaba ni casco, ni coraza, ni espada, él tenía un cayado, cinco pierdas lisas del arroyo que las guardó en su saco pastoril y su honda. ¿ Se podía hacer algo con tan poco? Lo poco con Dios es mucho. Cuando se enfrentó al gigante le dijo "Tu vienes a mí con espada y lanza y jabalina; más yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos". Conocemos el final de la historia, una simple piedrita y una honda usadas en el nombre de Dios vencieron al terrible gigante. No mires lo que tiene el otro.
No trates de imitar a otras personas.
No uses la ropa del otro (su forma de ser, sus respuestas, su carácter). Aprende a ser tu mismo. Sos una persona distinta a todos los demás. Tu código genético es único en la humanidad. Agradécele a Dios por tu personalidad, por tu forma de ser, por lo mucho o poco que tenés. Pone todo lo que sos en las manos de Dios; hay poder en su nombre para derribar los gigantes que se nos presentan día a día. Nadie puede ser feliz por vos.