Tus Palabras Tienen Poder | John Mason | Reflexiones Cristianas
Hace poco ví un letrero debajo de un gran pez róbalo de boca grande embalsamado. Decía: «Si hubiera tenido la boca cerrada, no estaría aquí». ¡Qué gran verdad! Lo que decimos es importante.
Job 6.25 nos recuerda: «Cuán eficaces son las palabras rectas». Permítame proponerle esta pregunta: ¿Qué sucedería si cambiara lo que dice en cuanto a su problema más grande, su oportunidad mayor?
Nuestra oración a Dios debería ser: «Oh, por favor llena mi boca con cosas de valor, e indícame cuando he dicho lo suficiente». Proverbios 29.11 dice: «El necio da rienda suelta a toda su ira». Siempre diga menos de lo que sabe.
Nunca permita que su lengua diga cosas de las que luego tendrá que arrepentirse. La lengua humana está a unos pocos centímetros del cerebro, pero cuando usted escucha hablar a algunas personas, parecen kilómetros de distancia. La lengua marcha con más rapidez cuando el cerebro está en punto muerto.
Un entrenador de una secundaria estaba teniendo problemas en cuanto a motivar a su equipo para que alcanzara su potencial. El equipo tenía la reputación distintiva de llegar últimos en todas las carreras en que participaban.
Un factor que contribuía a este programa de tan poco éxito eran las charlas de aliento que les daba el entrenador. Su herramienta de más inspiración, pensaba él, era decirles: «Manténganse corriendo hacia la izquierda y apúrense a regresar».
Sus palabras tienen el poder de comenzar fuegos o de apagar la pasión.
Escoja hablar palabras positivas, motivadoras y agradables. Pascal comentó: «Las palabras amables no cuestan mucho. Jamás le provocan ampollas a la lengua o a los labios. Los problemas mentales nunca surgieron de ellas. Aunque no cuestan mucho, sin embargo, logran mucho. Hacen salir lo bueno de los demás. También producen su propia imagen en el alma de un hombre, y qué bella imagen es ésa».
Colosenses 4.6 aconseja: «Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno». Sir Wilfred Grenfell dijo: «Ponga en camino algunas palabras amables. No se sabe adonde pueden detenerse».
"Las palabras “yo soy” son poderosas; tenga cuidado con lo que dice a continuación de ellas. Lo que afirma tiene una forma de volver y afectarlo a usted" (A. L. Kietselman). Algunas veces sus peores enemigos y sus amigos más confiables son las palabras que se dice a sí mismo.
Henry Ward Beecher reflexionó: «Una palabra de ayuda a una persona atribulada a menudo es como un interruptor en las vías de un ferrocarril… unos centímetros entre un choque y la prosperidad que viaja suavemente».
Johann Lavater dijo: «Nunca diga nada malo de una persona a menos que sepa que es verdad, y si sabe que es verdad, entonces pregúntese a sí mismo: “¿Por qué debería decirlo?”» La Biblia dice que hay vida y muerte en el poder de la lengua (Proverbios 18.21).
¿Qué palabras tienen el efecto más poderoso en usted? George Burnham dijo: «“No puedo hacerlo”, nunca ha logrado nada. “Trataré de hacerlo” ha logrado maravillas».
Para que sus labios no digan cosas inapropiadas debe cuidar cinco cosas:
A quien le habla, de quien habla, Y cómo, y cuándo y dónde.