Pregunta 1: ¿Has tenido alguna vez un día en que nada parece salirte bien? La Biblia ciertamente no promete al cristiano una vida fácil, cómoda o desprovista de problemas.
Pero pensemos en el día de la prueba de Job: con dos incursiones enemigas y un rayo, pierde todas sus posesiones. ¡Pobre Job! Vuelve a leer el versículo 3 para ver la enormidad de las pérdidas.
Pero aun falta la tragedia peor, todos sus hijos mueren sepultados entre las ruinas de una casa. Cuando a un hombre le arrebatan sus hijos, se le arranca una parte de sí mismo. Si crees que tienes demasiados problemas, acuérdate de Job. ¡El los tuvo todos!
Pregunta 2: ¿Cómo reaccionas cuando las cosas van mal y la vida se hace muy difícil? Lee ahora sobre la reacción de Job (20). Naturalmente, su rostro expresa dolor, pero su fe está firme como una roca.
Nada de gritos de cólera contra los atacantes- ni de desesperación frente a Dios- sino expresión de plena confianza en el proceder de Dios (21).
Esto no es natural, pero puede suceder cuando uno deja que Dios se posesione de su ser natural, Isaías 26.3 lo expresa así: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”.
Pregunta 3: ¿Cómo afrontarás tu próximo “día malo”? Compara tus problemas con los de Job. Compara tu respuesta con la de Job (20.22). Frente a la invencible fe de Job, Satanás perdió la batalla.
Ahora la pregunta se torna práctica: ¿pierde Satanás siempre contigo? ¿o sale siempre ganando?
Para orar: Pídele al Señor que desarrolle en ti la actitud de confianza, paciencia y adoración que se nota en Job.