Un Lugar de Encuentro, Reflexiones cristianas de David Jeremiah
La oración no debería ser considerada como una tarea que debe llevarse a cabo, sino más bien como un privilegio a disfrutar, un deleite excepcional que siempre está revelando alguna belleza nueva.
—E.M. BOUNDS
PRIMORDIALMENTE, LA ORACIÓN se trata de encontrarse con Dios y de tener una relación creciente con Él.
En la oración, nos colocamos en un lugar para recibir sabiduría del corazón de Dios, a medida que los deseos nuevos se forman en nuestro corazón, capacitándonos para tener una comunión más profunda con Él.
La oración nos prepara para ser animados a amar, amar a Dios y a las personas. Sí, orar para recibir respuestas y para ver el poder de Dios es bíblico. Sin embargo, la oración es primordialmente una oportunidad para tener comunión con Dios.
El llamado a la oración es para participar en el amor que ha ardido eternamente en el corazón de Dios. Desde la eternidad, el Padre ha amado al Hijo con todo su corazón, y el Hijo ha amado al Padre con la misma intensidad.
Este amor es la realidad fundamental del reino de Dios. Es precisamente esta realidad de la que participamos a medida que crecemos en la oración, es de lo que más se trata la oración; eso es, participar en las dinámicas familiares de la Deidad.
Dios creó a la raza humana para compartir el amor de Él. ¿Por qué? Sencillamente porque “Dios es amor” (1 Juan 4:16).
Dios se consume en amor, y Él nos llama a experimentarlo, a entrar en lo que yo llamo “la comunidad del corazón ardiente”. La salvación es una invitación a esta comunidad.
¿QUÉ DEBO HACER?
Cuando ore hoy, prepárese activamente para recibir el amor de Dios, y pida al Espíritu Santo que lo acerque a la comunidad del corazón ardiente.
PARA REFLEXIONAR
“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él” (1 Juan 4:16).
Señor, procuraré tener encuentros de oración diarios contigo, no solo para fortalecer nuestra relación, sino para tomar parte del amor permanente que solo se encuentra cuando estoy en tu presencia.