"Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. Porque es necesario que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.
I Corintios 11:18-19
¿Le suena conocido?, ¿está pasando en su iglesia?, ¡no se escandalice!, no permita que Satanás tome ventaja por esta situación. Es el espíritu de Satanás el que crea divisiones por razones justas o no.
El disfruta cuando suceden estas cosas, porque cree que tiene la victoria, al separar hermanos, al poner pensamientos encontrados, al provocar disensiones, al hacerles creer que las cosas, se deben hacer de una manera determinada, por supuesto "a mi manera"
Sepa que la iglesia está formada por hombres que un día recibieron a Cristo en su corazón, pero muchas veces, no dejamos que el Señor controle las áreas de nuestra vida, somos imperfectos, llenos de orgullo, egoísmo y ambiciones que no agradan a Dios.
Esta es la realidad, el apóstol Pablo dice: "en parte lo creo". Normalmente cuando el pecado empieza a tener lugar en la iglesia hay fricciones, entre los que quieren vivir de cualquier manera, quizás livianamente, con un pie en el mundo y otro en el Señor, y aquellos que quieren servir a Dios.
Uno de los problemas que se presenta, cuando se quiere corregir algo que está mal, es el hecho de no querer reconocer los errores o lo que hemos hecho mal, inadvertidamente o en plena conciencia.
Cuando se presenta esta situación, es muy fácil que
haya problemas, donde el orgullo, no permita que cedamos en nuestro punto de vista o continuemos negando nuestro pecado. Aquí el apóstol Pablo está diciendo algo que parece, que no debe suceder.
Sin embargo estas cosas, estas disensiones, es necesario que sucedan, para que sean manifiestos los que son aprobados. Esto quiere decir que en todos los conflictos se manifiestan los verdaderos valores de la vida cristiana.
En quienes pueden ser humildes, en quienes hablan con amor, en quienes corrigen, pensando en ayudar y no en castigar, en quienes aceptan la corrección con humildad de corazón. ¡Señor ayúdame, para poder ver tu victoria en cada conflicto!