Tema: Así como el Salmo anterior cantaba las alabanzas del Señor en conexión con la proclamación del Evangelio entre los gentiles, en éste se prefigura la obra poderosa del Espíritu Santo en la sumisión de los sistemas colosales del error y derribando los dioses idolátricos.
Título y tema: El presente Salmo es una especie de Himno de Coronación, que proclama oficialmente al Mesías o Monarca vencedor sobre las naciones, con el sonido de las trompetas, los aplausos y el regocijo y celebración de los triunfos. Es un cántico singularmente osado y vivo.
Éste puede ser llamado el Sanctus, o «El Salmo santo, santo, santo», porque la palabra «santo» es la conclusión y el coro de las tres divisiones principales. Su tema es la santidad del gobierno divino, la santidad del reino medianero. C. H. S.
Título: «Salmo de alabanza»; o más bien, de acción de gracias. Éste es el único Salmo que lleva esta inscripción precisa. Todo él arde de agradecida adoración, y por esta razón ha sido uno de los predilectos del pueblo de Dios desde que fue escrito. C. H. S.
Título: «Salmo de David». Éste es precisamente un Salmo que el hombre según el corazón de Dios redactaría cuando estaba a punto de llegar a ser rey de Israel. Es de David por completo, directamente, decididamente; no hay indicio de vacilación; el Señor le ha designado para ser rey, y él lo sabe; por tanto, se propone en todas las cosas comportarse como corresponde a un monarca a quien el mismo Señor ha escogido.
Tema: Este es el lamento sobre la triste situación de su país de uno que ama a su patria. Se reviste de las aflicciones de su nación como uno que se pone un cilicio y echa ceniza sobre su cabeza, exhibiendo con ello los motivos y causas de su pena.
Antes de partir pidió de nuevo este Salmo: «Fue al recibirlo que mi alma turbada saboreó primero la misericordia de Dios, que es ahora más dulce para mi que si se me diera posesión de todos los reinos de la tierra.» Andrew A. Bonar
Este poema contiene todo un cosmos: mar y tierra, nubes y sol, plantas y animales, luz y tinieblas, vida y muerte, y de todo ello se muestra que expresa la presencia del Señor. Son evidentes en él los rastros de los seis días de la creación, y aunque no es mencionada la creación del hombre, que fue la obra que coronó el sexto día, se da por descontado por el hecho de que este hombre es él mismo el cantor. Es una versión poética del Génesis.
Este Salmo histórico fue, evidentemente, compuesto por el rey David, porque los quince primeros versículos del mismo fueron usados como un himno en el traslado del arca desde la casa de Obed-edom, y leemos en 2 Crónicas 16:7: «Aquel día, David, alabando el primero a Jehová, entregó a Asaf y a sus hermanos este canto.»
Este Salmo empieza y termina con un «¡Aleluya!» «Alabado sea el Señor». El espacio entre estas dos exclamaciones de alabanza está lleno de tristes detalles del pecado de Israel y la paciencia extraordinaria de Dios; y, verdaderamente, hacemos bien en bendecir al Señor tanto al comienzo como al fin de nuestra meditación cuando el pecado y la gracia son los temas.
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