En Navidad no debería quedar un enfado o enojo en los corazones cristianos, y en tal día se deberían borrar todos los rencores y deudas, como para empezar una cuenta nueva.
Un niño había recibido muchos y muy hermosos juguetes, y pidió permiso a su padre para invitar a un amigo suyo para jugar con él, ya que el otro, muy pobre, carecía de estos.
Cuando el invitado partió de nuevo, contento por el feliz día vivido, y por el regalo que su amigo le había hecho, el padre lo llamó y le dijo:
-Pero, hijo mío, no te entiendo . . . no es Luis el niño que el otro día te pegó en el recreo de la escuela?
-Si papá, pero en la Escuela Dominical, nos enseñaron que Navidad es el día cuando Dios empezó a mostrarnos su perdón