Se dice que el Rey Santiago V de Escocia, solia de vez en cuando quitarse sus ropas reales para ponerse ropa humilde de campesino.
Viajaba libremente por su tierra de incognito haciendo amistad con la gente común, observando sus dificultades y sus obstáculos, y simpatizando con ellas en sus tristezas.
Cuando volvía a su trono podía gobernar en una forma más competente a su pueblo, y con una compasión y misericordia paternales.
En igual forma Dios vino a la tierra en la persona de Cristo, como ser humano, para que él nos pudiera comprender mejor y suplir nuestras necesidades como seres humanos.