El pensamiento clave de este capítulo es la pronunciación de las bendiciones que tenemos como creyentes, las bendiciones espirituales que nos nuestras en Cristo (1:3). Pablo nos informa que cada persona de la Deidad nos ha bendecido
La vida está llena de contrastes. No existe contraste mayor que el que describe el apóstol Pablo en Efesios 2. Por un lado: ¿dónde estaán los perdidos, que no son salvos? Por otro lado: ¿dónde estaán los creyentes en Cristo?
Entre todas las epístolas de Pablo, la Epístola a los Efesios se destaca por su profundidad y por su sublimidad en la enseñanza. Se le ha llamado la epístola del tercer cielo de Pablo. ❯
Comentario bíblico del Libro de Efesios
¡Qué son las riquezas de la tierra, del mar o del sol, en comparación con éstas! Sin embargo, todas son de Él.
Ésta es una maravillosa e inclusiva declaración de la gracia divina y del progresivo descubrimiento que los creyentes hacen de sus riquezas.
El Sello es el Espíritu Santo, que fue prometido, y ahora ha sido dado. Su presencia en nuestros corazones es la evidencia de nuestra aceptación por parte de Dios
La Iglesia, como su Cuerpo, es la prueba visible de su presencia. Yo no puedo ver tu espíritu; tampoco puedes ver tú el mío; pero nuestros cuerpos son igualmente visibles.
Como aquellos que han aprendido de Cristo, el apóstol exhorta a los hermanos de Éfeso acerca de que su manera de vivir tiene que ser diferente de los demás gentiles, que andan en la vanidad de su mente
Desde Edén hasta la Cruz de Cristo se mantuvo ininterrumpida la línea roja sacrificial. Pero todos los sacrificios hallaron su culminación en el Cordero de Dios.
Tan pronto como entramos en comunión con Dios, nos es preciso ser equipados para la lucha de la fe. Todos los que están en el Reino del amado Hijo de Dios tienen las fuerzas del reinado de Satanás contra ellos
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