Números: Los números en la Biblia han de entenderse literalmente, a no ser que haya buenas razones para pensar en números aproximados o de uso simbólico. Los métodos rudimentarios de representar cantidades en los idiomas bíblicos han dado lugar a variantes y a dudas, especialmente cuando parecen ser demasiado grandes.
El número uno se asocia naturalmente con la idea de unidad, y el dos denota dualidad o ayuda mutua (Génesis 1:16; 2:20; Eclesiastés 4:9, 11, 12). El tres ilustra la doctrina de la Trinidad en pasajes como 1 Corintios 13:13; 2 Corintios 13:14; 1 Juan 5:8, etc., y en ocasiones indica el período en el que se debe cumplir un propósito o una misión (Oseas 6:2; Mateo 12:40).
Cuatro son las rectas de un cuadrilátero, y este número da la idea de lo completo en la realización de los propósitos de Dios (Génesis 2:10; Éxodo 27:16; 37:9; Zacarías 1:18–21; 6:1–8; Apocalipsis 9:14, etc.). Hay cuatro Evangelios como base de la fe. Cinco y diez derivan su importancia de los dedos de la mano que dieron origen al sistema decimal. De nuevo predomina la idea de lo completo en ciertas esferas: Hay diez patriarcas antes del diluvio, diez plagas en Egipto, diez mandamientos, etc. (Éxodo 34:28; Lucas 15:8; 19:11–27; Juan 6:9–10).
El seis denota compás de espera antes de llegar a lo completo de siete, como en los días de la creación y del trabajo normal antes del sábado. De igual manera ocho, que resulta de siete más uno, indica el resultado de una obra completa; por ejemplo: las ocho personas salvadas del diluvio, el día de la circuncisión, la señal del pacto (1 Pedro 3:20; Génesis 17:12; cf. Ezequiel 43:27). Nueve, que es tres por tres, es la suma de perfección en el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22, 23). Doce (tres por cuatro) señala el orden, o la organización, en los propósitos de Dios: doce meses del año, doce tribus de Israel, doce apóstoles.
Cuarenta a veces redondea una «generación», pero se usa mucho en períodos de prueba (Génesis 7:17; Éxodo 24:18; Números 13:25; 14:33; 1 Reyes 19:8; Marcos 1:13). Setenta señala la administración de Dios en el mundo, como en las → setenta semanas de Daniel (Daniel 9:24; cf. Génesis 46:27; Números 11:16; Jeremías 25:11).
El misterioso número de la bestia, 666, se lee en algunos manuscritos como 616 (Apocalipsis 13:18). Algunos se han esforzado por darle sentido mediante la equivalencia de números con letras, pero las conclusiones no son seguras.