Dios no está enojado con usted
Cuando yo era una niña, siempre temía que me metería en problemas porque mi padre era un hombre enojado, y fue un gran alivio para mí cuando descubrí que Dios Padre no es así en absoluto.
Sufrí mucho con los sentimientos de culpabilidad y temor a ser castigada cada vez que hacía mal incluso lo más pequeño. Sentía que cuando las cosas no iban bien en mi vida, estaba recibiendo castigo de parte de Dios, y que tenía que mejorar.
¡Mi creencia era equivocada! Yo no conocía a Dios, ni tampoco conocía su carácter. Pensaba que Él era como mi padre terrenal, pero eso no era cierto en absoluto.
Dios puede enojarse, pero no es un “Dios enojado”. Él es bueno, lleno de misericordia y compasión, rápido para perdonar y lento para la ira. El enojo de Dios es hacia el pecado, no hacia los pecadores.
La Biblia nos enseña que Jesús es un amigo de los pecadores. Su bondad atrae a los hombres al arrepentimiento. Él aborrece el pecado porque sabe que produce muerte en nuestras vidas y roba todo lo bueno que Dios tiene en mente para nosotros.
Dios actúa para llevarnos a una relación de amor con Él, lejos del pecado y la desgracia, y no lo hace amontonando tragedia y pérdida sobre nosotros como pago por nuestros errores del pasado.
Millones de personas sufren debido al engaño de que Dios está enojado con ellas, tal como me pasaba a mí, de modo que el año pasado escribí un libro entero sobre el tema, y se lo recomiendo para aprender más sobre este tema. Se titula simplemente Amor perfecto.