Los padres del Antiguo Testamento sirven como advertencia a los padres de hoy en cuanto a la influencia de un buen ejemplo para los hijos. Muchos hombres de Dios fueron un fracaso como padres, y sus hijos pagaron un precio muy alto. Los hijos de Jacob imitaron su conducta manipuladora.
El rey David descuidó la disciplina, y como resultado, varios de sus hijos se involucraron en actividades infames. Su heredero, Salomón, fue igualmente un padre deficiente, cuyo hijo fue clave en la división del reino.
A pesar de su fe, Jacob, David y Salomón fueron malos padres. Lamentablemente, los ejemplos bíblicos de padres malos superan en número a los de los buenos. Pero los evangelios mencionan a un hombre cuyos hijos son un buen reflejo de sus cualidades como padre.
No hay detalles específicos que permitan saber cómo crió Zebedeo a los discípulos Jacobo y Juan, pero él es importante porque hizo lo que muchos creyentes tratan de hacer hoy: criar hijos que obedezcan a Dios. La formación que dio Zebedeo a sus hijos los preparó para una vida de comunión estrecha con el Mesías.
Es razonable suponer que Zebedeo fue un modelo de disciplina, de respeto a la autoridad y de perseverancia, porque sus hijos demostraron tales cualidades al seguir a Jesucristo.
Sus hijos reflejarán las cualidades que observen en usted. Sus niños ven más allá de cualquier falsa apariencia. Ven su actitud en cuanto a su trabajo, la manera cómo habla de los demás, y su respuesta a las circunstancias difíciles. ¿Qué clase de ejemplo ven sus hijos?