LAS HUELLAS PROFUNDAS DEL VERDADERO AMOR
"Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios. De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús." Gálatas 6:15-17
La circuncisión era una marca en el cuerpo del judío que lo identificaba como pueblo de Dios. Para los cristianos del primer siglo, tener o no tener esa marca de nada valía pues ya había cristianos no judíos, griegos, africanos y de otras latitudes, es decir los llamados "gentiles" y ellos no eran circuncidados. Lo que sí valía era haber nacido de nuevo, ser una nueva creación.
Aún hoy día está vigente esa convicción, se es cristiano no por una señal en el cuerpo o porque pertenezca a una familia creyente, sino por haber tenido un encuentro personal con Dios y haber nacido de nuevo.
Pablo bendice a todos los que siguen ese mismo pensamiento y les desea paz y misericordia de Dios. Por mucho tiempo ha sido molestado por los cristianos judaizantes porque él predica a los no judios y no los obliga a circuncidarse ni a guardar la Ley de Moisés sino los preceptos de Jesucristo.
Finalmente pide que no le molesten pues él sí tiene marcas por la causa de Cristo, ya que ha sido encarcelado, azotado, puesto en el cepo y recibido diversos ataques físicos que han dejado huellas en su cuerpo.
Puede que nosotros no tengamos marcas de Cristo en el cuerpo pero las llevamos en la memoria del alma, las huellas de nuestra conversión, de los pequeños grandes milagros que nos ha regalado el Señor y del profundo amor de Él por nosotros, demostrado en hechos concretos qué nos han colmado de fe y esperanza.
Publicado: Editado: 1874