“Ciertamente yo buscaría a Dios…el cual hace cosas grandes e inescrutables y maravillas sin número. Que da la lluvia sobre la faz de la tierra, y envía las aguas sobre los campos” Job 5:8-10
Si usted le dice a alguien: “Mi Dios hace cosas grandes e incomprensibles; hace maravillas innumerables,” y esa persona le responde, “¿En verdad? ¿Como qué?” ¿Le respondería usted, “como la lluvia”? ¿Es la lluvia una maravilla grande e incomprensible? Imagine que usted es un granjero en el Medio Oriente lejos del mar o de cualquier lago o río. Unos pozos son los que suplen a su familia y sus animales con agua.
Pero para que las cosechas crezcan y la familia sea alimentada mes a mes, el agua tiene que venir de otra fuente aparte de los campos. ¿De
dónde?
Bueno, del cielo. ¿Pero, puede venir agua del cielo? No exactamente. El agua tiene que ser transportada en el cielo desde el mar
mediterráneo por varias cientos de millas y entonces ser derramada sobre los campos.
¿Transportada? ¿Y cuánto pesa? Bueno, si cae una pulgada de lluvia sobre una milla cuadrada de tierra durante la noche, eso seria 27,878,400 pies cúbicos de agua que equivale a 206,300,160 galones, lo cuales pesan 1,650,501,280 libras de agua. ¡Eso es pesado!
Pero ¿Cómo logra subir toda esa agua al cielo y mantenerse allí si es tan pesada? Bueno, lo hace por medio de la evaporación. ¿En verdad?