Hechos 11.1-18
Su actitud crítica se nota en la pregunta que le hicieron cuando regresó a Jerusalén.
Información aclaratoria (4-15). Pedro no disputaba, ni se puso a la defensiva, sino que comenzó a contarles por orden lo sucedido. ¿Se expresa en nuestra vida el espíritu manso de Cristo cuando se nos critica?
El relato de Pedro fue honesto porque incluyó su propia resistencia a Dios. También fue sencillo, humilde, sin adornos. ¿Cuántos testigos estaban con él? De lo que Pedro predicara dependería la salvación de Cornelio y su casa (14).
Una responsabilidad así requiere igualmente en el día de hoy una absoluta fidelidad al mensaje que ha sido encomendado a la iglesia por el Espíritu. Compara el v. 14 con 10.6 y 32.
A su propia predicación Pedro dedicó poco espacio (15), porque fue Dios, y no él, el actor principal. ¿Cómo concebimos nosotros nuestra participación en la obra de Dios?
Conclusiones (16-18). Jesús prometió que su Espíritu haría recordar a sus discípulos todo lo que él les había dicho (Juan 14.26). Ese recuerdo convenció a Pedro. Sin lugar a dudas, Dios había aceptado la fe de los gentiles en su Hijo.
Ante la evidencia, los judíos opositores se callaron. Es inútil oponerse a Dios. En segundo lugar, el pasaje nos da una indicación clara de que el Espíritu de Dios estaba actuando en todos los hombres sin distingo de raza, nacionalidad o religión.
Dios es soberano para actuar y siempre lo hace para cumplir sus propósitos en el mundo. Si todo hubiese quedado entre los judíos, ¿dónde estaríamos nosotros hoy?
Oración. Padre, haznos abiertos y humildes para reconocer las marcas distintivas de tu obra.
Publicado: Editado: 1797