Saber Perdonar
"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas." San Mateo 6:14,15
Si la persona se ha convertido a Jesucristo pero no perdona a quienes le ofenden, Dios no le quitará la salvación por ese comportamiento poco espiritual. El perdón que hemos obtenido por creer en el sacrificio de Cristo no se pierde por nuestras torpezas.
Mas bien lo que significa esta Palabra es que diariamente debemos perdonar a los que nos ofenden y pedir perdón a Dios por nuestras ofensas. Esto es como la ducha, la limpieza diaria que necesitamos, limpiarnos permanentemente:
"Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." (1 Juan 1:8,9)
Este perdón no es un baño completo sino la limpieza necesaria para barrer con esos pecados que nos ensucian en cada jornada. Es sólo un lavado de pies.
Dios dice que no nos perdonará las ofensas y pecados que cometemos siendo cristianos, si no perdonamos también nosotros a los que nos ofenden. Él nos retendrá el perdón por poco consecuentes.
Antes de cerrar nuestros ojos para dormir, perdonemos a aquellos que nos han dañado y sentiremos aquella paz verdadera que el Señor concede a los que saben perdonar.