No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Filipenses 4:6
No puedo enfatizar suficientemente la importancia de comprender el principio de trabajar con Dios y de pedir su ayuda en todas las cosas.
Si el trabajo que hacemos está bajo la dirección de Dios, entonces podemos acercarnos a Él con plena confianza y pedirle los obreros que necesitamos. Cuando el Señor nos haya dado los obreros, entonces podemos pedirle los medios necesarios.
Nuestra misión siempre acepta un obrero apropiado, no importa si tenemos los fondos para pagarlo, o no. Luego le decimos: “Querido amigo, su primera tarea será orar con nosotros por el dinero para enviarlo a la China.” Tan pronto como tenemos el dinero suficiente, la época del año y las circunstancias apropiadas, nuestro amigo va al campo misionero. No esperamos hasta que haya una remesa a mano para darle cuando llegue. El Señor la proveerá.
Nuestro Padre tiene mucha experiencia: Él sabe muy bien que sus hijos se levantan cada mañana con muy buen apetito, y siempre les provee el desayuno. “Se le proveerá de pan y no le faltará el agua” (Isaías 33:16). Él mantuvo a tres millones de israelitas en el desierto durante cuarenta años.
Nosotros no esperamos que envíe tres millones de misioneros a China, pero si lo hiciera, tendría suficientes recursos para sostenerlos a todos. Cuidemos de mantener a Dios delante de nuestra vista, para que andemos en sus caminos procurando agradarlo y glorificarlo en todo lo que hacemos. La obra de Dios hecha de acuerdo con su voluntad nunca carecerá de recursos. Dependamos de ello.
Cuando los recursos no llegan es tiempo de preguntarnos: ¿Qué es lo que anda mal? Podría ser una prueba temporal para la fe; porque si hay fe, ella soportará la prueba. Si no es así, sería bueno que no nos engañáramos. Con dinero en el bolsillo y con alimentos en la alacena, es muy fácil pensar que se tiene fe en Dios.
Frances Havergal dijo: “Quienes confían en Dios íntegramente, comprueban su fidelidad.” Pero mi experiencia demuestra que Él mantiene su palabra aun con quienes no confían en Él íntegramente. “Si somos infieles, Él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13).
Oración:
Padre bueno, cuan fácil es suponer que nuestra fe es fuerte y saludable, cuando en efecto yace dormida y nuestras vidas enfrentan el reto de creerte a Ti para lograr cosas grandes. Reta mi fe con un nuevo sentido de las cosas por las cuales Tú quieres que confíe en Ti. Amén.