Viva una Vida Estimulante
Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento, manteniendo en alto la palabra de vida. Filipenses 2:14–16
Cada uno de nosotros debería llevar una vida lo suficientemente estimulante como para iniciar un movimiento. Deberíamos anhelar cambiar el mundo. Deberíamos amar implacablemente, soñar resueltamente y trabajar incesantemente.
Deberíamos cerrar nuestros oídos a la multitud de voces de disolución y posarnos en la rama de la verdad. Deberíamos defender e impulsar el valor de las personas, proclamar el perdón de Dios y reclamar la promesa del cielo.
Y deberíamos llevar una vida lo suficientemente estimulante para provocar un movimiento. Un movimiento alcanza su mayoría de edad cuando la vida de uno cosecha las semillas plantadas por incontables vidas en generaciones previas. Un movimiento ocurre cuando una persona, no mayor ni menor que los que la han precedido, vive una vida vigorosa en el cumplimiento del tiempo.
Vivamos vidas estimulantes y lo suficientemente vigorosas para provocar un movimiento. Una marca verdadera del visionario es su disposición a rendir su vida por los que nunca verá. ¿Vendrá el movimiento en nuestra generación? Espero que sí. Pero si no es así, incluso aunque nunca lo veamos, sucederá. Y seremos parte de él.