SI denigro a los que soy llamada a servir, hablo de sus debilidades en contraste tal vez con lo que yo piense que son mis puntos fuertes; si adopto una actitud superior, olvidándome de “¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido?” entonces no sé nada del amor del Calvario.
SI me ofendo fácilmente, si me contento en continuar en una enemistad indiferente, aunque la amistad es posible, entonces no sé nada del amor del Calvario.
SI me amargo por los que me condenan, a mí parecer, injustamente, olvidando que si me conocieran como yo me conozco a mi misma me condenarían aún más, entonces no sé nada del amor del Calvario.
El Amor del Calvario
SI me ofendo fácilmente, si me contento en continuar en una enemistad indiferente, aunque la amistad es posible, entonces no sé nada del amor del Calvario.