Cuando Justino Mártir fue presentado con otros seis cristianos ante Rusticus, el prefecto de Roma, éste les preguntó:
– ¿Suponéis que si fueses azotados y vuestras cabezas cortadas subirías al cielo para ser recompensados?
Justino le contentó:
– No lo supongo; lo sé y estoy plenamente convencido de ello.
El mismo día los prisioneros, después de ser azotados fueron conducidos al suplicio, donde murieron glorificando a Dios
Latest posts by Sigueme (see all)