El consejo de Felipe Henry a sus hijos con respecto al matrimonio, era este: Agradad los dos a Dios, haceos agradables el uno al otro y agradadme a mí.
Cuando felicitaba a sus amigos recién casados, les decía: Otros les desean muchas felicidades; yo les deseo a ustedes santidad, y si tienen esta no habrá duda de que gozarán de felicidad