Bosquejo Bíblico para predicar de Lucas 15. En este capítulo tenemos tres parábolas, representando tres condiciones de los perdidos, y mostrando a tres personas buscando a los perdidos
El camino de salvación para esta oveja perdida era bien sencillo: «Permanecer». La oveja no tenía que hacer absolutamente nada más que reposar en Aquel que es capaz y con voluntad de salvar.
El Evangelio según San Lucas es una narración histórica que presenta a Jesucristo como el Hombre divino y perfecto. Lucas escribió sobre todo para el pueblo griego, cuya misión era mejorar al hombre moral, intelectual cuyo ideal era el hombre perfecto. ❯
Comentario bíblico del Libro de LUCAS
Algunos escarnecen la eficacia de la oración, refiriéndose a la inmutabilidad de Dios. Como si el Dios inmutable no pudiera ordenar los medios así como el fin. El hombre debiera orar; esto admite la libre acción de su voluntad.
La oración es una necesidad. Hay necesidad de orar siempre, y no desmayar. Es imposible creer en Dios y no sentir la necesidad de orar. Es el aliento vital del cristiano.
Bosquejo bíblico para predicar de Zaqueo en Lucas 19. Los profetas habían deseado verlo (Juan 8:56). Nadie mayor que Jesús ha existido. Nosotros tenemos la oportunidad de conocerlo en la descripción que de él nos hacen los Evangelios. Es mayor que la que en aquel día tuvo Zaqueo.
Zaqueo era un jefe de los cobradores de impuestos, y rico. Era quizá, un contratista, con muchos recaudadores de impuestos a sus órdenes, y por ello tuvo amplias oportunidades para enriquecerse.
En cada rayo de luz blanca, se nos dice, están todos los colores del arco iris. En esta sección tenemos una séptuple revelación del carácter del Señor Jesucristo que contrasta con la soberbia del hombre opuesta a la voluntad de Dios.
Toda la astucia de la hipocresía y de la maldad se dedicó a sorprenderle en sus palabras. Otros hombres son fácilmente atrapados de esta forma. Estos engañadores se fingieron justos para poder llevar a cabo más facilimente su diabólico propósito.
Hay un intenso anhelo en este deseo de Cristo de comer la pascua con ellos antes que Él sufriera. La terrible sombra de la Cruz, cayendo sobre su Espíritu, parece sólo intensificar su amor para los suyos.
La agonizante oración y las grandes gotas de sangre nos hablan de un corazón tierno y sensible, aplastado y herido en el mortero del amor por el peso del aborrecido pecado: no el suyo. Pero esta oración, con fuerte clamor y lágrimas, fue oído.
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