Uvas. Juntamente con el higo y la oliva, uno de los frutos más abundantes en las tierras y tiempos bíblicos. La uva, fruto de la → Vid, era alimento de primera necesidad.
Por lo tanto, en muchas ocasiones se utiliza la figura de la viña para indicar la abundancia y riqueza de todo un país (Is 5.1–7; Miq 4.3, 4).
La vid se conoce desde el tiempo de → Noé (Gn 9.20) y probablemente mucho antes. La mayor cosecha de uvas en la Tierra Santa alcanzaba su cumbre en agosto y septiembre, aunque algo se cosechaba también en julio y octubre.
Gran parte de la cosecha se convertía en vino, aunque había otros productos que se elaboraban a base de la uva. Las uvas nuevas eran agrias, como indica Jer 31.29, 30. De las maduras los hebreos hacían pasas secas, las comían frescas y fabricaban una miel de uvas.
Tan importante era la vid y sus productos, que varios artículos de la Ley de Moisés controlaban su producción (Dt 23.24; Lv 25.5; Dt 22.9).