La historia de Job se trata de una batalla entre el mejor de los hombres y el peor de los enemigos. Satanás hace todo lo que está en su mano para aplastar y derribar la integridad de este varón perfecto.
Job era perfecto, no en el sentido de ser sin pecado, sino en el sentido de estar dedicado a Dios y a la rectitud. Era transparentemente recto, según su conocimiento y capacidad. Andaba en la luz, y fue honrado por Dios.
El libro de Job trata de uno de los grandes misterios: el sufrimiento. ¿Por qué sufren los justos? Job es despojado de su riqueza, de sus hijos y de su salud pero soporta esas aflicciones con fortaleza. ▶ Ver Comentario bíblico del Libro de Job
Ninguna aflicción parece ser al presente causa de gozo, pero, no obstante, después rinde frutos apacibles de justicia a los que por ella han sido ejercitados.
Introduce flacura en la vida. Testigo es mi flacura. No es para asombrarse de que el rostro evidencie arrugas y quede desfigurado, cuando el alma se está muriendo de hambre.
En verdad que tenemos aquí la obra del Espíritu de Dios; es totalmente fiel a la actuación del Espíritu Santo en los tiempos del Nuevo Testamento. Se debe llegar a ver de una manera plena la naturaleza insatisfactoria de todas las amistades terrenales
Lo que no conocemos ahora lo conoceremos después. Nuestras presentes circunstancias pueden ser tan incomprensibles para la razón humana como lo eran para Job las suyas.
Aunque en ocasiones podamos estar abatidos, y nuestros caracteres casi destrozados por manos inmisericordes, podemos aún esperar en Dos, porque su mano no está acortada que no pueda salvar. Podemos decir, confiados: Enaltecimiento habrá
Aquellos que se envuelven en el manto de la propia justicia no pueden resistir el resplandor de la verdad incontaminada de Dios, porque saca a la luz el hecho de que su pretendida justicia no es nada más que trapos de inmundicia.
Aquí, como cuando envió a su Hijo, el último alegato de Dios fue la manifestación de su propio carácter. Aunque Dios respondió a Job desde el torbellino, no tenemos por ello que inferir que la voz fuera como una tempestad rugiente y desarraigadora...
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