Plaza: Área grande y abierta que, tanto en las ciudades antiguas como en las modernas, ocupa el centro de la vida activa de una población. Antiguamente se solía construir a los lados de las plazas templos, mercados, teatros, portales, tribunales de justicia, baños y otros edificios públicos. En conjunto a veces presentaba un magnífico espectáculo.
En las plazas se celebraban reuniones populares o bien los filósofos discutían sus doctrinas (Hch 17.17s); los estadistas deliberaban allí, se publicaban los decretos, se anunciaban las noticias y acudían personas en general por negocios o distracción (Mc 7.4). A las plazas acudían los obreros en busca de trabajo (Mt 20.3–7) y los muchachos a jugar (Lc 7.32). Juntamente con la → puerta de la ciudad, era el lugar más frecuentado.
A las plazas también iban los fariseos y los escribas porque amaban «las salutaciones en las plazas» (Mt 23.7; Mc 12.38). Se las arreglaban para que las horas fijas de oración les «sorprendieran» en tales lugares públicos (Mt 6.5).