Pozo
Perforación hecha en el suelo hasta llegar a una vena de agua, o al nivel que permite recoger el agua que se filtra por sus paredes. En tiempos bíblicos, era una manera de obtener agua y no debe confundirse con una → fuente (cf. Juan 4:14).
Para los pueblos habitantes de las tierras bíblicas, y especialmente para los que vivían de la ganadería o el pastoreo, la existencia de un pozo era vital (Génesis 26:14–33; Éxodo 2:16–19). Abraham, Isaac y los descendientes de estos vivieron en el → Negev, región desértica en el sur de Palestina, y dependían del agua de pozo para vivir. Por esta razón los enemigos de Isaac cegaron los pozos que había perforado Abraham.
Los nombres como «Beerseba» (Beer que significa pozo) eran topónimos típicos de las regiones desiertas, en las cuales era necesario hacer perforaciones profundas (Juan 4:11). El agua se extraía con cántaros atados con cuerdas y, a veces, con la ayuda de poleas. Ir a buscar agua al pozo era trabajo exclusivo de las mujeres (Génesis 29:10; 1 Samuel 9:11; Juan 4:5ss; pero cf. Lucas 22:10). Ellas, especialmente, se reunían a la orilla de los pozos, pues estos eran también una especie de plaza pública en la sociedad seminómada (Génesis 24:11).
El término «pozo» se utiliza también en sentido figurado (Cantares 4:15; Proverbios 5:15; 23:27; Isaías 36:16). (→ Agua; estanque; cisterna.)
