Provincia:
Término político que en ambos Testamentos generalmente se refiere a una gran división territorial perteneciente a un imperio o estado.
En los libros posteriores del Antiguo Testamento, provincia denota las divisiones políticas del Imperio Caldeo (Dn 2.48, etc.), y del Imperio Persa (Esd, Neh y Est). Este último estaba dividido en veinte grandes provincias o → «satrapías», cuyas subdivisiones también eran llamadas provincias por los judíos (Est 1.1). Bajo Asuero había ciento veintisiete de estas provincias menores, cada una con su gobernador, y este se mantenía en comunicación con el rey por un sistema de correo real (Esd 4 y 5).
En el Nuevo Testamento el término griego que denota la provincia política aparece en Hechos 23.24 (Cilicia) y 25.1 (Judea). El Imperio Romano del primer siglo estaba dividido en más de veinte provincias, las cuales eran de dos clases. Unas eran las provincias senatoriales, generalmente pacificadas y sin necesidad de ejército, y las subordinadas al senado romano.
Eran gobernadas por un → procónsul. Y había también las provincias imperiales, que estaban bajo el control del emperador porque requerían la presencia de fuerza militar. Las principales provincias imperiales (por ejemplo, Siria) eran gobernadas por «legados del emperador» y las de menor importancia como Judea (una subprovincia de Siria), por «procuradores» (→ gobernador) que los auxiliaban los «consejos» en sus funciones (Hch 25.12).