Pero Dios no puede ser burlado; Él envía a su siervo Elías a cruzarse con los mensajeros del rey con la sentencia de muerte. El profeta aparece ante nosotros como «varón de Dios»
Solo aquella obra que para Dios solo es hecha, De deleite tiene un creciente galardón; Galardón por la vista no afectado de Gran triunfo, ni por su pérdida abatido
Continuación de la historia de la caída de Judá e Israel, culminando en el cautiverio de ambos. Tenemos aquí la misma historia de fracaso por parte del rey y del pueblo, una historia de apostasía e idolatría. ▶ Ver Comentario bíblico del Libro de 2 Reyes
En el carácter de su ministerio. Como nuestro Salvador, Elías estuvo muy solo en el cumplimiento de su misión. Ambos tenían un mensaje concreto de parte de Dios, ambos tenían poder para cerrar o abrir el cielo.
Los períodos de aflicción son comunes a todos, pero solo a los hijos de Dios se les obran maravillas en tales experiencias. Es solo en el día nuboso que se ve más fácilmente...
En el camino entre Samaria y el Carmelo, la hospitalidad de la sunamita ofrecía un oasis de descanso para los peregrinos fatigados. Su sencillez y generosidad no pasaron desapercibidas ante el Señor.
La mujer, generosa y posiblemente adinerada, sacrificó parte de su hogar para confortar al profeta Eliseo. Este gesto destaca la importancia de poseer lo necesario para la obra misionera.
Giezi… había puesto el báculo sobre el rostro del niño; pero no tenía voz ni sentido. El báculo era el del profeta Eliseo, y era indudablemente un buen báculo, bien idóneo para cumplir la misión de un báculo, pero impotente para dar vida a un muerto.
Naamán el leproso ocupa un lugar muy semejante en el Antiguo Testamento al del «Hijo Pródigo» en el Nuevo. La historia es bien conocida y manida, y ha sido el medio de llevar la luz de la salvación a muchas almas.
No miramos a las cosas que se ven, mas a las que no se ve, y que son eternas. Tener esta visión que discierne las cosas espirituales es ser salvado del temor del hombre y estar siempre confiado en la victoria del Nombre de Dios.
Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y le dijo Eliseo: Toma un arco y unas saetas.
VER PAGINA