«que él (Dios) añada». (Heb.: «Yãsaph».).
Tiene también la resonancia de una forma verbal que significa «él eleva». En Gn. 30:23, 24 el escritor juega con el nombre y las dos etimologías, no dando la raíz de la palabra, sino la razón por la que el nombre fue dado.
1. Undécimo hijo de Jacob y primogénito de Raquel (Gn. 30:22-24). Su historia ocupa los capítulos 37, 39-50 del libro de Génesis. Nació en Padán-aram (Mesopotamia) seis años antes del retorno de Jacob a Canaán (Gn. 30:25; cfr. Gn. 31:41), cuando Jacob tenía 90 o 91 años.
El favoritismo paterno hacia él provocó la envidia de sus hermanos. Es bien conocida la historia de cómo primero sus hermanos pensaron en darle muerte, y al final lo vendieron a una caravana de mercaderes que se dirigía a Egipto y su compra por Potifar, oficial de la guardia de Faraón (Gn. 37), su encarcelamiento por el despecho de la esposa de Potifar, que no consiguió seducirlo (Gn. 39), el sueño del copero y panadero de Faraón, encarcelados con él (Gn. 40); el doble sueño de Faraón y su interpretación por José, anunciando siete años de prosperidad y siete de hambre, junto con su ascensión a primer ministro de Faraón (Gn. 41); la llegada de los hermanos de José para comprar alimentos, y los tratos de José con ellos, para inducirlos al arrepentimiento (Gn. 42-45); la emigración de Jacob y toda su familia a Egipto y su establecimiento en la tierra de Gosén bajo la protección de Faraón y de José (Gn. 46-47); las bendiciones y muerte de Jacob (Gn. 48-49) y la muerte de José (Gn. 50).
Muchos autores sitúan el período egipcio de la vida de José bajo los faraones hicsos. Sin embargo, las dificultades de este punto de vista van aumentando con las investigaciones.
La cronología egipcia tradicional está llena de problemas que hallan su solución más satisfactoria con una revisión que la haga coherente con la evidencia interna de los monumentos e inscripciones y con la evidencia etnológica de los países de aquel área. Los trabajos de Velikovsky y de Courville indican que, en lugar de las fechas comúnmente aceptadas de alrededor del año 1871 a.C. bajo la dinastía XII de los hicsos, la ascensión de José al puesto de primer ministro en Egipto se sitúa alrededor del año 1665 a.C. (aceptándose un intervalo de 215 años para la estancia de Israel en Egipto [véase EGIPTO (Estancia israelita), c, Duración de la estancia en Egipto]), como visir de Sesostris I. Courville identifica a Mentuhotep con José en base a la coincidencia de sus circunstancias personales e históricas en las inscripciones y monumentos con las de José en las Escrituras (cfr. Courville, «the Exodus Problem and its Ramifications», vol. 1, PP. 133-161 [véase EGIPTO, Bibliografía]).
Por otra parte, los costumbrismos y el colorido del relato de José en Egipto son netamente egipcios, y concuerdan con el marco histórico de manera fidedigna. Nombres como Potifar, Zafnat-panea, Asenat, Potifera, On (Gn. 39:1; 41:45, etc.), y los títulos de los funcionarios, son evidencia de un registro exacto de los acontecimientos.
En Gn. 41:14 se señala que, a pesar de la urgencia con la que se hizo salir a José de la cárcel, tuvo que ser afeitado y cambiado de ropas antes de presentarse ante Faraón. Los egipcios no llevaban barba, y el ceremonial exigía que los sacerdotes fueran rasurados.
Los monumentos y los papiros dan la misma descripción que Génesis para la investidura de altos cargos: imposición de collar, anillo, y vestiduras de lino. Un magno giro económico hizo que todas las tierras, excepto las de los sacerdotes, vinieran a ser propiedad de los faraones.
Es según la etiqueta egipcia que la comida fue servida por separado a José, a sus hermanos, y a los invitados egipcios (Gn. 43:32). José comía solo, a causa de su rango y de su pertenencia a la clase sacerdotal, que le impedía mezclarse con los inferiores.
Había una mesa especial para los egipcios, por cuanto éstos debían mantenerse apartados de los extranjeros. Los pastores, porqueros y vaqueros, incluso egipcios, eran relegados al ostracismo, porque se consideraba que el cuidado de los animales era incompatible con el nivel de refinamiento y propiedad que exigían los egipcios (Gn. 46:34; Herodoto 2:47; cfr. 164). Es posible, debido a esto, que José instalase a su familia en el país de Gosén, donde los hebreos estaban alejados de los egipcios.
Las tribus de Manasés y de Efraín descendían de los hijos de José. Las bendiciones que Jacob pronunció desde su lecho mortuorio para José se dirigían tanto a él como a estas dos tribus (Gn. 48:8-22; 49:22-26). El nombre de José en el Sal. 80:2 designa poéticamente a las tribus de Manasés y de Efraín.
José es, tipológicamente, una notable profecía del Señor Jesucristo: rechazado por sus hermanos, el pueblo judío, que será finalmente restaurado por el Señor, mediante el arrepentimiento, a una tierra feraz, después de haber pasado por juicios. Durante su rechazamiento, José contrae matrimonio con una mujer gentil, tipo de la Iglesia, asociada al Señor también en su rechazamiento. (Véanse TIPO, TIPOLOGÍA.)
2. Otros personajes llamados José:
Uno de los hermanos de Jesús (Mt. 13:55; Mr. 6:3).
Tres antepasados de Jesús (Lc. 3:24, 26, 30).
Nombre propio de Bernabé, el compañero de misión de Pablo (Hch. 4:36).
Barsabás, que tenía por sobrenombre «Justo», y nominado como candidato a tomar la vacante dejada por Judas en el Colegio Apostólico, se llamaba José. Fue Matías el elegido (Hch. 1:21-26). (Véase MATÍAS.)
Otros aparecen en Nm. 13:7; 1 Cr. 25:2; Esd. 10:42; Neh. 12:14).
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