Melquisedec (en hebreo, Sedec es [mi] rey» o, como en Hebreos 7:2, Rey de justicia). Personaje misterioso del que poco habla la Biblia y mucho la tradición.
Hay diversas opiniones acerca de quién era Melquisedec. Aparece de repente en Génesis 14:18–20 como el rey de Salem (probablemente → Jerusalén) y el → sacerdote del Dios Altísimo que saludó a → Abraham cuando este regresaba de la batalla con → Quedorlaomer y otros reyes.
Melquisedec salió para recibir al patriarca con pan y vino, le bendijo y recibió sus diezmos (en este último punto el texto hebreo no aclara si Melquisedec dio los diezmos a Abraham o si este lo dio a aquel). Años después, un salmista aclama a un rey davídico como un sacerdote perpetuo según el orden de Melquisedec (Salmos 110:4), recordando así que David había conquistado a Jerusalén (ca. 1000 a.C.) y, por tanto, heredado la dinastía de reyes-sacerdotes iniciada por Melquisedec.
Jesús identifica a este rey aclamado como el Mesías (Marcos 12:35–37), y por tanto la carta a los hebreos desarrolla el tema del sacerdocio de Jesucristo (5:6–10; 6:20–7:28) a la luz de estos pasajes. En 7:1–19 la figura de Melquisedec es prominente; de su brusca aparición y desaparición. En Génesis se concluye que su sacerdocio es «viviente» o eterno. Es un tipo de Jesucristo, por consiguiente su sacerdocio es superior al de Aarón y el levítico, cuyos sacerdotes son mortales.
Algunos rollos del mar Muerto (→ Qumrán) elaboraron teorías sobre el simbolismo de Melquisedec.
Bibliografía:
O. Cullman, Cristología del Nuevo Testamento, p. 83ss.
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