Misterio

Misterio (en hebreo, sod raz; en griego, mystérion). El sentido etimológico expresa «algo escondido, secreto», y no lleva significado religioso. En las Escrituras aparece principalmente en la literatura apocalíptica y en los escritos paulinos, aunque también en los Evangelios Sinópticos (Mateo 13:11), y tiene connotación escatológica.

Daniel usa misterio en el sentido de un sueño olvidado (Daniel 2:172847) que queda escondido para los hombres, pero que Dios conoce y lo puede revelar. Nabucodonosor atribuye a → Daniel el poder de revelar misterios (Daniel 4:9), pero es Dios que lo hace. Daniel tiene misterios que se revelan (Daniel 5:24–29) y misterios que permanecen cerrados hasta el fin (Daniel 12:9).

En la literatura apócrifa (→ Apócrifa del Antiguo Testamento) del período intertestamentario usan esta palabra Tobías, Sabiduría, Eclesiástico y 2 Macabeos en la acepción de «secreto» humano, militar o de estado. Es notable el uso que hace el libro de Enoc de la palabra misterio, pues es muy similar al sentido paulino del término, esto es, el plan de Dios para la salvación de los hombres que ya existe, pero que solo ahora se va a revelar.

Cristo promete a sus discípulos que a ellos les «es dado saber los misterios del reino» (Mateo 13:11; cf. Marcos 4:11Lucas 8:10). Y Pablo hace del misterio un concepto básico de su teología. En los escritos paulinos, el misterio constituye un aspecto de la verdad que Dios había ocultado desde los siglos y edades, pero que ahora manifiesta (Colosenses 1:26) a quienes ya son hijos suyos y en quienes mora el Espíritu Santo, iluminándolos.(cf. 1 Corintios 2:10).

La → sabiduría de Dios, desconocida y no perceptible al hombre pecador (1 Corintios 2:14), la habla Pablo «en misterio» (1 Corintios 2:7). Y esta «sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria» (1 Corintios 2:7), por la operación del Espíritu, se torna en → revelación, comprensible y fehaciente para el creyente en Cristo.

Los cristianos somos, pues, recipientes y «administradores» (1 Corintios 4:1) de los misterios de Dios, entre los que están la → resurrección (1 Corintios 15:51), la → voluntad divina (Efesios 1:9), la → gracia de Dios en Cristo (Efesios 3:2), la relación de Cristo con su → iglesia (Efesios 5:32; → cuerpo de Cristo), la presencia de Cristo en los creyentes (Colosenses 1:27), la persona de Dios Padre y de Cristo (Colosenses 2:2), la → iniquidad (2 Tesalonicenses 2:7), de la → fe (1 Timoteo 3:9) y la → piedad (1 Timoteo 3:16).

Todas estas y otras verdades, anticipadas pero no del todo evidentes en la antigua dispensación, en el Nuevo Testamento se revelan a la plena comprensión y aprovechamiento de los cristianos.

En Apocalipsis, «misterio» es principalmente un símbolo que encierra la clave para conocer el mensaje de Dios (Apocalipsis 1:2017:57) y que Él revela en forma inmediata. Sin embargo, en Apocalipsis 10:7 se usa misterio en el sentido paulino del plan de Dios, con la variación de que ahora se va a dar a conocer, no por la revelación del Espíritu, sino por su cumplimiento.

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