Pan
Se registra por primera vez en las Sagradas Escrituras para indicar la totalidad del alimento necesario para el hombre (Génesis 3:19). En un sentido más específico, preparado a base de flor de harina se menciona en el banquete que → Abraham ofreció a los tres viajeros que pasaron frente a su tienda (Génesis 18:1–8).
Desde épocas remotas se ha considerado como artículo indispensable en la vida del hombre. Los hebreos utilizaban especialmente el de → cebada (2 Reyes 4:42), y pareciera que el pan de → trigo se considerara un lujo, puesto que se enviaba como un presente muy especial (Génesis 45:23). También era frecuente la preparación a base de harina de varios cereales (Éxodo 4:9).
La búsqueda del pan material como alimento básico y general ha servido para elaborar expresivas figuras en cuanto a la búsqueda de los valores espirituales (cf. Génesis 25:34, Éxodo 16:3). Llegó a ser proverbial afirmar que «no solo de pan vivirá el hombre» (Deuteronomio 8:3, Mateo 4:4). Cristo alimentó a una inmensa multitud con los panes que un niño tenía (Juan 6:9), milagro que parece haberse repetido ante algo más de cuatro mil personas (Mateo 15:32–39, Marcos 8:1–10).
En los días del Antiguo Testamento se elaboraba en casa (Génesis 18:6, 1 Samuel 8:13, Jeremías 7:18), pero con el tiempo esta industria se desarrolló tanto que hubo necesidad de panaderos profesionales (Génesis 40:2, Jeremías 37:21, Oseas 7:4). El obsequio de pan a los viajeros era un símbolo de hospitalidad entre los hebreos (Génesis 18:5). También eran frecuentes los banquetes de amistad, donde no podía faltar el pan (Génesis 31:54). La costumbre de dar pan a los pobres era también común en aquellos días (Proverbios 22:9, Isaías 58:7; etc.).
El → maná que alimentó a los israelitas en el desierto fue llamado «pan del cielo» (Éxodo 16:4). Se ofrecían panes como ofrenda (Éxodo 23:14–18), y también se empleaban algunos en el santuario como un arreglo especial llamado los «panes de la proposición» (→ pan de la proposición; Números 4:7, 1 Samuel 21:6, etc.). Cristo habló del pan, lo presentó como representativo del alimento espiritual (Juan 6:22–72) y lo dio como símbolo de su cuerpo al instituir la Santa Cena (Mateo 26:17–29). En la oración del Padrenuestro se nos enseña a pedir a Dios «el pan de cada día» (Mateo 6:11).
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