Piedad
Palabra que por lo general se define como devoción religiosa y reverencia a Dios. Sin embargo, denota además la fidelidad en cumplir las responsabilidades con la familia, especialmente con los padres (1 Ti 5.4).
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Término que se usa varias veces en la versión Reina Valera para traducir las raíces hebreas rhm (Salmos 25.6; Is 14.1; 26.10; 30.18; Zac 7.9) y hnn (Salmos 51.1; Am 5.15; Jn 4.11), que en otros casos se traducen → compasión o → misericordia.
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En el Nuevo Testamento el término «piedad» es equivalente del griego eusebeı́a y otros relacionados, que significan «religiosidad», entendida esta como reverencia o temor ante lo divino y respeto por las ordenanzas religiosas. Entre los griegos, no se concebía la piedad como una relación personal con Dios sino como un deber hacia lo divino, y una virtud. Ello explica por qué, con excepción de las epístolas pastorales y 2 Pedro, el Nuevo Testamento no utiliza ese término en relación con los cristianos (cf. Hch 3.12; 8.2; 13.50) y prefiere describir la conducta de estos con otras expresiones: «obediencia al evangelio» o «a la verdad» (Ro 10.16; 1 P 1.22), «santidad» (1 Ts 4.3; Heb 12.14; etc.), «hacer las obras de Dios» (Jn 6.28s), etc.
En las pastorales y 2 Pedro, frente a enseñanzas erróneas y corruptoras, se utiliza la palabra piedad, pero se redefine para referirse a la calidad de vida que corresponde a la verdad del → evangelio (2 Ti 3.15). La piedad cristiana brota del don divino de poder y vida (2 P 1.3) que Dios ha provisto en su revelación salvadora (1 Ti 3.16). La doctrina de Cristo es «conforme a la piedad» (1 Ti 6.3; Tit 1.1); es decir, produce piedad naturalmente y quienes carecen de esta manifiestan no haber escuchado el evangelio (2 Ti 3.2–8; Tit 1.16; 2 P 2.19–22).
En cuanto al contenido de la piedad, NBD lo describe bien como «la expresión práctica de la fe en una vida de arrepentimiento, lucha contra la tentación y mortificación del pecado; en hábitos de oración, gratitud y reverente observancia de la Cena del Señor; en el cultivo de la esperanza, el amor, la generosidad, el gozo, la disciplina; en la búsqueda de la honestidad, la justicia y el bien en las relaciones humanas; en el respeto a la autoridad divinamente ordenada de la iglesia, el estado, la familia y el trabajo».
Bibliografía:
VTB, pp. 615ss.
- Mefi-boset -
- Meguido -
- Melón -