Piedra
Fragmento de roca (en hebreo, eben; en griego, lı́tos. Compárese → roca, en hebreo, sur o sela; en griego, petra, que supone mayor volumen y firmeza).
La Tierra Santa era pedregosa en extremo y era necesario despedregarla para hacerla cultivable (Is 5.2). Los israelitas bien podían vengarse de los de Moab cubriéndoles de piedra los campos de siembra (2 R 3.19, 25).
La piedra se empleaba en la construcción de viviendas particulares, edificios públicos, fortalezas y muros de las ciudades. El → templo de Salomón se construyó así (1 R 5.17). Los altares, según Moisés, tenían que ser hechos de piedra sin labrar (Éx 20.25; Jos 8.31). La piedra también se usaba para pisos (2 R 16.17; cf. Est 1.6).
Las piedras grandes servían para cerrar la boca de los pozos, cisternas, cuevas y sepulcros; estos últimos generalmente eran cavados en la misma roca (Gn 29.2; Jos 10.18; Mt 27.60; Jn 11.38). También servían como señales y majanos para señalar los linderos de heredades, términos y fronteras (Dt 19.14; Jer 31.21); y para conmemorar sucesos importantes, para lo cual a veces las consagraban ungiéndolas (Gn 28.18; 31.45; Jos 4.9).
Actos como los referidos dieron un significado teológico a la piedra. Se afirmaba la presencia de Dios y se le adoraba con aceite sobre una, como vemos en el pacto de Jacob con → Labán (Éx 31.45ss), el paso del río Jordán (Dt 27.2–8), o en la acción de gracias por una victoria (1 S 7.12). Los Diez Mandamientos Dios los entregó en dos tablas de piedra. En dos piedras que llevaba el sumo sacerdote se hallaban los nombres de las tribus de Israel (Éx 24.12; 28.9).
Metafóricamente y con sentido peyorativo, la piedra denota insensibilidad de corazón (1 S 25.37; Ez 11.19). Simboliza opresión y destrucción (Is 17.11; Lm 3.53; cf. Mt 24.1, 2), o ilustra, por contraste, una situación extrema (Lc 19.40).
Encomiásticamente, la piedra denota firmeza o fuerza (Is 50.7). En comparación con un templo, al conjunto de miembros de la iglesia de Dios se le llama «piedras vivas», y Cristo es la «piedra del ángulo» (Ef 2.20–22; 1 P 2.4–8).