Recabitas. Descendientes de Recab, cuyos antecesores posiblemente fuesen ceneos (1 Crónicas 2:55). Jonadab, hijo de Recab, se asoció con Jehú en la matanza de los profetas de Baal (2 Reyes 10:15–31), con lo cual mostró gran celo por la causa de Jehová. Y sin duda impuso este celo en su familia, pues dos siglos después sus descendientes eran todavía fieles a los principios religiosos que él había enseñado.
El profeta Jeremías, por instrucción de Jehová, llevó a los recabitas al templo para ofrecerles vino, pero ellos lo rechazaron por respeto al mandamiento de su antepasado Jonadab (Jeremías 35:1–11). Por tanto, Dios mismo los puso como ejemplo de fidelidad al reprocharle a Judá su desobediencia a los preceptos divinos (Jeremías 35:12–16).
Además de abstenerse del vino, los recabitas rehusaban la vida sedentaria y la agricultura (Jeremías 35:7). Por eso algunos creen que eran nómadas. Sobre esto y el pasaje de Jeremías se ha construido la hipótesis de que los profetas predicaban un ideal nomádico y veían toda vida sedentaria con malos ojos. Sin embargo, no es seguro que los recabitas fueran nómadas.
Su ascendencia cenea puede indicar que eran artesanos. Además, la relación del vocablo recab con «carroza» sugiere que Jonadab era un cochero o fabricante de carrozas. Vale notar que cada vez que se menciona a los recabitas, están en ciudades principales o bien cerca de ellas.