Sueño. La primera mención del sueño en la Biblia es el de Adán (Gn 2:21). La legislación mosaica, al reconocer que el sueño es necesario para reponer las fuerzas, establecía que no se podía privar de su ropa al pobre para que se cobijara durante el mismo (Éx 22:27; Dt 24:10–13).
Dormir, en sentido fisiológico, equivale al sueño (1 R 18:5; 19:6; Lc 22:46), pero en sentido figurado puede significar: (1) relaciones sexuales (Gn 19:32ss; 30:15, 16), (2) la muerte (Dt 31:16; 1 R 11:43; Jn 11:11; 1 Ts 4:13) y (3) la pereza espiritual (Mc 13:35ss; Ro 13:11; Ef 5:14; 1 Ts 5:6).