Trono Traducción (RV) de la voz hebrea kisse que quiere decir «silla cubierta». Se refiere a una silla endoselada donde se sentaban personas honorables, especialmente los reyes (Génesis 41:40; 2 Samuel 3:10; 1 Reyes 10:18–20).
La soberanía de Dios se representa por su trono (Salmos 45:6; 47:8; 93:1, 2) en el cielo (Salmos 11:4; 103:19; Isaías 66:1, 2; Mateo 5:34; 23:22), centro de justicia y juicio (Salmos 9:4, 7; 97:2) que a la vez es trono de gracia (Hebreos 4:16).
Esta soberanía estaba representada en la tierra por la teocracia en Israel: el trono de David fue «el trono del reino de Jehová sobre Israel» (1 Crónicas 28:5; cf. 29:23).
Esto se restablecerá en el juicio en que los doce apóstoles, sentados sobre doce tronos, tomarán parte (Mateo 19:28; Apocalipsis 20:4). «Llamarán a Jerusalén trono de Jehová» (Jeremías 3:17), cuando «el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria» (Mateo 19:28; 25:31), «el trono de David su padre» (Lucas 1:32).
Al fin de ese reino milenial, el juicio del gran trono blanco (Apocalipsis 20:11ss) asegurará la manifestación perfecta y final de la soberanía divina.