Joás (Jehová ha dado). Nombre de ocho personas del Antiguo Testamento.
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Padre de Gedeón, de la familia de Abiezer y la tribu de Manasés (Jueces 6:11ss). Era rico (v. 27), pero de espíritu bondadoso y sabio (vv. 29–31). Era dueño de la encina sagrada (v. 11) y del altar de Baal en Ofra (v. 25). Gedeón destruyó el altar de Baal y derribó la imagen de Asera que eran propiedad de Joás su padre, pero este lo defendió ante el pueblo (vv. 25, 28–30).
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Descendiente de Sela, hijo de Judá (1 Crónicas 4:22).
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Hijo de Semaa de Gebaa de la tribu de Benjamín. Uno de los valientes, diestros en el manejo de la honda y el arco, que se unieron a David en Siclag (1 Crónicas 12:3).
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Hijo del rey Acab. Juntamente con Amón, gobernador de Samaria, se le encargó de encarcelar al profeta Micaías, cuando este profetizó la derrota de Acab (1 Reyes 22:26s; 2 Crónicas 18:25).
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Jefe de una familia benjamita durante el reinado de David (1 Crónicas 7:8).
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Oficial de David (1 Crónicas 27:28).
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Hijo de Joacaz y decimosegundo rey de Israel (798–782). Visitó al profeta Eliseo cuando este estaba a punto de morir, y le expresó su gratitud por el servicio prestado al reino (2 Reyes 13:14). Con el simbólico disparo de flechas se profetizaron tres victorias sobre los sirios, la primera de ellas sería en Afec. La acción simultánea de Asiria contra los sirios facilitó las victorias. Junto con Jeroboam II (2 Reyes 14:27), a Joás se le considera el salvador prometido a Joacaz (2 Reyes 13:5). Cuando Amasías, rey de Judá, provocó a Joás, este lo derrotó y saqueó a Jerusalén (2 Reyes 14:8–14). En medio de sus victorias, Joás permitió la adoración de los becerros de oro y por tanto su conducta no fue aprobada (2 Reyes 13:11). Le sucedió su hijo Jeroboam II.
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Rey de Judá (ca. 835–796 a.C.) que ascendió al trono después de una subversión planeada por el sacerdote Joiada. Durante la dominación de la casa de Omri en Israel, este influyó notoriamente sobre Judá. Atalía, hermana de Acab, rey de Israel, contrajo matrimonio con Joram, rey de Judá. Ocozías, hijo de esta unión, reinó solamente un año, pues Jehú lo asesinó. Esto hizo que Atalía, como reina madre, reinara sola en Judá y pusiera en peligro la dinastía davídica.
Su primer acto como reina fue mandar matar a todos los posibles herederos al trono de Judá. Pero Josaba, hermana de Ocozías y esposa de Joiada, escondió a Joás, hijo de Ocozías, quien tenía solo un año. Cuando el niño cumplió siete años, Joiada lo hizo coronar en el templo. Al enterarse Atalía de la coronación de Joás, se dirigió al templo donde murió trágicamente. Joás dedicó la primera parte de su largo reinado a luchar contra la idolatría; pero una vez que Joiada murió la estableció de nuevo, y él mismo se corrompió al grado de asesinar a Zacarías, hijo y sucesor de Joiada (2 Reyes 11:1–12:21; 2 Crónicas 24:15–22).