Neguev

Neguev (en hebreo, seco). Región árida al sur de Judea. Por encontrarse el Neguev al sur donde vivían la mayoría de los judíos, esta palabra llegó a ser sinónimo de «sur».

El límite norte del Neguev era más o menos una línea tirada desde Gaza hasta el extremo sur del mar Muerto pasando por Beerseba. Se extiende hacia el sur en forma de triángulo con su punta en el extremo norte del golfo de Aqaba.

El agua escasea en el Neguev, pues la lluvia anual varía de 18 cm en el norte hasta 2 cm en el sur. Por tanto, solamente algunas zonas son cultivables, y esto solo a base de complejos sistemas para conservar el agua.

Las investigaciones arqueológicas revelan que en ciertas épocas el Neguev sostenía una considerable población, en parte sedentaria. Los patriarcas vivieron en una de tales épocas. Se cree que Abraham y sus acompañantes atravesaban el Neguev con caravanas de asnos por las rutas comerciales que conducían a Egipto. Quizás cultivaban cebada temporalmente. Es evidente que Isaac se dedicaba al cultivo de granos (Génesis 26:12–14).

Entre los siglos XIX y XIII a.C. había poca población en el Neguev, y esta era principalmente nómada. El Antiguo Testamento menciona varias tribus nómadas habitantes de la región: amalecitas, ceneos, madianitas, ismaelitas, etc. Cuando los peregrinos israelitas pasaron por el Neguev rumbo a la tierra prometida se enfrentaron con algunas de ellas.

David se valió de lo accidentado del terreno del Neguev para planear los asaltos que le dieron cierto prestigio delante de → Aquís en el tiempo en que huía de Saúl (1 Samuel 27:5–10). En el Neguev se han encontrado restos de aldeas y fortalezas construidas por → Salomón y otros reyes de Judá para desarrollar y proteger los recursos minerales del área y para mantener las rutas de comercio. Salomón mantenía mucho comercio marítimo por el puerto de → Ezión-geber (1 Reyes 9:26–28) y minas de cobre en el → Arabá.

En el siglo VI a.C., los idumeos (→ Edom) ocuparon parte del Neguev; así comenzó la historia de Idumea, término griego que significa «Nueva Edom». Y desde el siglo II a.C. el Neguev fue escenario de la civilización nabatea.

Los ascetas de varias épocas hallaron en el Neguev los sitios propicios para sus retiros temporales y permanentes. Allí se refugiaron hasta que cayeron sobre el Neguev las invasiones musulmanas. Desde estas invasiones del siglo VII d.C. el Neguev ha sido un desierto.

Sin embargo, uno de los mayores logros del Israel moderno ha sido el aprovechamiento de zonas desérticas, como las del Neguev, gracias al empleo de ingeniosos sistemas de riego. De ahí que lograran convertir en vergeles muchas de esas tierras.

En excavaciones hechas en el Neguev se han descubierto importantes documentos escritos en papiro: fragmentos del Antiguo Testamento, leyendas cristianas, contratos comerciales, etc.; se conservaron debido a lo seco del terreno.

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