Sal: Mineral cristalino (cloruro de sodio) de vital importancia para la alimentación humana y para la industria a través de toda la historia. La sal se sacaba de las rocas al sudoeste del → Mar Muerto y del mismo Mar Muerto, llamado así por la ausencia de vida animal y vegetal causada por su alto grado de salinidad (aproximadamente 62%). Este mar ha sido fuente de sal desde tiempos remotos.
La sal se usaba como condimento en la comida (Job 6:6), en los sacrificios consumados en el altar de Dios (Levítico 2:13; Esdras 6:9; Marcos 9:49), como ingrediente del incienso sagrado (Éxodo 30:35), para hacer estéril el campo de los enemigos (Deuteronomio 19:23; Job 39:6; Sofonías 2:9).
La sal también es símbolo de subsistencia y hospitalidad. Por ser preservativa, es emblema de incorrupción y perpetuidad. Denota la validez y la duración de un pacto (Números 18:19; 2 Crónicas 13:5). La sabiduría es la sal del carácter y la sazón en el lenguaje del creyente (Marcos 9:50; Colosenses 4:6).
La expresión de Jesús «sois la sal de la tierra» (Mateo 5:13) debe entenderse en el contexto de cada pasaje. La sal hace estéril la tierra y en este sentido es emblema de miseria y desolación (Deuteronomio 29:23; Jeremías 17:6). Cuando un ejército tomaba una ciudad, la asolaba y la sembraba de sal. Tal fue el caso de → Siquem (Jueces 9:45). La mujer de → Lot, por dar una mirada codiciosa hacia Sodoma y Gomorra, se volvió estatua de sal (Génesis 19:26).