(a) SEMANA.
La división del tiempo en períodos de siete días es extremadamente antigua. La cifra de «siete días» se halla en el relato de la creación (Gn. 2:1-3) y vuelve a aparecer en el del Diluvio (Gn. 7:4,10; 8:10, 12).
En la época de Labán y Jacob, entre los sirios de Mesopotamia, se celebraban fiestas nupciales de siete días (Gn. 29:27, 28); lo mismo sucedía en Filistea en la época de Sansón (Jue. 14:12, 17). También los funerales duraban siete días (Gn. 50:10; 1 S.
31:13).
Sin embargo, la semana propiamente dicha no fue establecida por Dios hasta el éxodo. Se menciona a propósito de la institución de la Pascua y de la fiesta de los panes sin levadura (Éx. 12:15; 13:6-17); con todo, el momento en que queda solemnemente instituida es en la promulgación del Decálogo: «Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios» (Éx. 20:9-10). (Véase SÁBADO.)
Desde aquel entonces figura con frecuencia el ciclo de siete días en las ordenanzas de la Ley (cfr. Éx. 22:30; 29:30, 35, 37; Lv. 12:2, 5; 13:5; 14:8; 15:28; 23:15, 42; Nm. 19:11; Dt. 16:9-10, 13, etc.).
No obstante, se puede decir que se contaba más por días que por semanas, como entre los griegos y romanos (cfr. Lv. 12:4-5).
La semana y los nombres de los días hicieron una aparición tardía en Roma, que seguía un ciclo de ocho días; en cambio, los griegos dividían el mes en tres partes.
En la época de la construcción de las pirámides, los egipcios practicaban la división del tiempo en períodos de diez días. Cada uno de ellos comenzaba al levantarse cada una de las 36 constelaciones.
El año egipcio contaba con 360 días. En el siglo II d.C., Dion Casio, célebre historiador, declara que el uso de la semana de siete días, de reciente introducción, se expandía por todo el imperio romano.
Los cristianos consagraban en domingo, primer día de la semana. Los paganos dieron a los siete días de la semana hebrea los nombres de los planetas, siguiendo la usanza babilónica.
Los cristianos no pudieron evitar el uso de estos nombres, pero dieron al primer día de la semana el nombre de «día del Señor» (domingo) en lugar del pagano «día del Sol» (cfr. el nombre inglés «Sunday» y el alemán «Sonntag»).
El término hebreo «shabua'», división septenaria, semana, no designaba solamente siete días, sino también un ciclo de siete años (cfr. el empleo del término «docena»).
La celebración del año sabático tendía a expandir esta designación a los años. Se admite de manera general que Daniel emplea «shabuã» (semana) para indicar «período de siete años»
(Dn. 9:24-27; cfr. Lv. 25:8).
Las setenta semanas de Dn. 9:24 son semanas de años, sumando 490 años (véase DANIEL [LIBRO DE]).
Véase TIEMPO.
(b) SEMANA DE AÑOS.
Período de siete años, el último de los cuales era el año sabático, en el que se debía dejar reposar la tierra (Éx. 23:10, 11), en patente paralelismo con la semana de días (Éx. 23:12). El ciclo de siete semanas de años culminaba con el año quincuagésimo, o jubileo (véase JUBILEO).
La ordenanza sabática no fue observada en Israel, por lo que Dios cumplió la maldición de Lv. 26:31-35 ss. (Cfr. 2 Cr. 25:21).
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