Reflexiones cristianas para la vida diaria. Una selección de Mensajes cortos, positivos y prácticos sobre algún aspecto de la vida desde una perspectiva bíblica.
En su última celebración de la Pascua, la misma noche que Él sabía que iba a ser arrestado, Jesús hizo lo impensable: Tomó una toalla y se inclinó para lavar los pies de sus discípulos.
La historia de Sara, la mujer de Abraham, es de esas historias que uno dificilmente creería, sin embargo las historias de fe así son, Dios comienza con nada y realiza proezas. Esta mujer fue de la risa o incredulidad a transformarse en una madre de multitudes.
Ana fue una mujer de Dios, una mujer que por su fe y su entrega alcanzó el favor de Dios. La Biblia se encarga de darle el lugar que se merece, y con ella encuentran su lugar las mujeres cristianas de hoy.
Por medio del Espíritu Santo, tenemos acceso al poder divino cada minuto del día. Si renunciamos a tener el control, y dependemos del Señor, seremos capaces de encontrar la fortaleza que solo Él puede dar.
El Señor Jesús enseño a sus discípulos a orar, ellos necesitaban de la misma experiencia de comunión con el Padre tal cual Jesús. La oración es vital en la vida cristiana, y la Biblia dice que la oración eficaz del justo puede mucho.
Nuestra fe es más valiosa que el oro, nuestra fe descansa en las promesas de la Biblia y el poder de Dios. En los tiempos difíciles debemos afianzar nuestra fe, y permanecer firmes en ella.
Una reflexion de Navidad cuando El profeta Isaías se refirió al nacimiento de Jesús, diciendo: Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz (Is 9.6)
Cuando llegan las vacaciones, a menudo experimentamos un cambio en el estado de ánimo. El clima nos deja con el deseo de alejarnos de las preocupaciones, aunque solo sea por una semana.
El diácono de cierta iglesia confesó un pecado terrible en una red social. Después de dar una descripción de lo que había hecho, comentó: Sé que hay un precio que pagar por este pecado, y ese precio es la muerte.
Saber como perdonar no es suficiente, es que a veces estamos tan disgustados, ofendidos que nos resulta muy dificil perdonar, sin embargo es un paso que debemos dar en amor y obediencia
El Señor promete exaltar a los creyentes humildes, pero a menudo nos fijamos en nuestras circunstancias, la situación laboral, las finanzas o la escasez material, y nos preguntamos si Dios está cumpliendo su promesa.
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